Hace ahora una década el geólogo Juan Gil Montes escribió un breve editorial acerca de los estudios geológicos y geofísicos que se habían realizado hasta la fecha en El Calerizo de Cáceres, con especial mención a la Cueva de Maltravieso y su entorno. Lo tituló "La Cueva de Maltravieso continúa hacia el oeste".
En el fondo, era una crítica a un proyecto que por aquella época se estaba realizando en dicha cueva.
Independientemente de las apreciaciones concretas que el autor hacía por aquel entonces, lo que me lleva a publicar esta nota es el hecho de que al menos anualmente aparece en la prensa regional un reportaje o editorial de opinión sobre esta cavidad u otras de El Calerizo. Y ello es debido a la indudable importancia de Maltravieso en la historia y la sociedad extremeña, especialmente la cacereña. Son ya habituales, por ejemplo, los artículos referidos a los estudios que sobre el Paleolítico vienen realizando los investigadores del equipo Primeros Pobladores de Extremadura.
Pero no puedo dejar de mencionar que en aquel trabajo al que hacía referencia El Periódico Extremadura el 27 de Noviembre de 2001 participábamos profesionales de diversa índole, desde físicos hasta geólogos, pasando por arqueólogos y matemáticos. La idea era conocer la probabilidad de existencia de continuidad de la cueva, bien hacia el oeste o en otras direcciones. Los trabajos de campo utilizaban dos métodos: por un lado, el geológico (basado en estudios geomorfológicos, estratigráficos y, fundamentalmente, estructurales); y, por otro, dos procedimientos geofísicos (micro-gravimetría -aplicado en la zona occidental y noroccidental- y resistividad eléctrica -aplicado en la parte septentrional o parque de Maltravieso propiamente dicho-). Los datos aportados por los trabajos de geofísica eran básicamente coincidentes, salvo por las conclusiones de detalle y creo que ello se debió al estrecho margen de aplicación que tiene habitualmente esta especialidad si no se combina con otras de las muchas que componen las Ciencias Geológicas. Si bien el equipo de microgravimetría (formado por físicos y matemáticos) afirmaba la posible existencia de cavernamientos hacia el noreste, el equipo de geólogos (utilizando conjuntamente la geofísica y los estudios geológicos de campo) apostábamos por el oeste, descartando la continuidad de cavernamientos importantes hacia el norte y noreste.
Otro tema es la verdadera continuidad de la cueva, aspecto al que no quiero responder, pues ni he conocido el área en épocas anteriores a su urbanización, ni parece ser ya objetivo fundamental de ningún proyecto, salvo por la Arqueología, donde sí podría tener importancia el hecho a la hora de saber exactamente por dónde entrarían a la Cueva de Maltravieso los ancestros que dejaron tan importantes huellas de su paso. A pesar de tener una opinión al respecto (basada en datos exclusivamente geológicos), creo, no obstante, que ya carece de sentido seguir insistiendo en ello, pues no sería más que otra discusión dialéctica sobre Maltravieso, como la que hubo en su día sobre la falta de los meñiques en muchos de los grabados encontrados en sus salas.
Y no debo finalizar sin decir que las prospecciones eléctricas y geológicas fueron realizadas por el Gabinete Geológico Salvar la Encina, de manera totalmente altruista. Con los resultados obtenidos se publicaría en el año 2003 un artículo en la revista Tierra y Tecnología, del Colegio Oficial de Geólogos de España, con el título "Aportaciones de la georresistividad al conocimiento geológico del entorno de la Cueva de Maltravieso (Cáceres)".