Para aquellos que sin gustarnos el asunto del deporte de élite, sin embargo nos atrae todo lo relacionado con lo cavernícola, nos es imposible resistirnos a un libro que incluye capítulos como "¿Por qué comer como los hombres de las cavernas?", "El atleta del Paleolítico: el primer deportista"? o "Paleorrecetas". En fin, yo no he podido hacerlo y aquí estoy, escribiendo para que sepáis algo más sobre este interesante libro, uno de los más curiosos que podáis encontrar en las librerías. Los autores son Loren Cordain y Joe Friel. Lleva como subtítulo "Una fórmula nutricional para el deporte de alto rendimiento".
La paleodieta consiste en la alimentación que seguían nuestros antepasados antes del inicio del sedentarismo, es decir, antes del Neolítico. La fundamentación es que nuestro diseño orgánico y funcional lleva muchas generaciones preparado para subsistir alimentándose de proteínas animales y vegetales, grasas, algún azúcar esporádico (como la miel), además de agua, sales minerales y la leche materna. Evidentemente, la mayoría de los seres humanos actualmente utilizamos estos ingredientes en nuestros alimentos, pero también hemos incorporado los hidratos de carbono de manera total, lácteos en sus innumerables formas, sin contar con una gran variedad de azúcares y sales. Y algunos de ellos no son, además, nada naturales.
No es aventurado decir que estas últimas sustancias que he citado son precisamente las causantes de las dolencias más comunes en nuestras sociedades modernas, provocando hipertensión, diabetes, etc. Solo el colesterol parece tener que ver no tanto con la alimentación sino con la falta de ejercicio continuado, aunque me atrevo a decir que casi todas tienen que ver con el sedentarismo.
Los autores no han escrito este libro para enseñar las bondades de una dieta que consideran a todas luces básica en el modelo alimenticio, sino que lo aplican al deporte de élite, de ahí la editorial que publica el libro (Desnivel Ediciones), especializada en temas deportivos. El deporte de élite es muy sacrificado y los deportistas han ido saltando de dieta en dieta a lo largo de la historia moderna para mejorar sus rendimientos físicos. Estos tiempos en que tanto nos preocupa la salud de nuestros deportistas, por los tristes casos de dopaje, parece que es el momento de volver a nuestros orígenes alimenticios, sin llegar a lo atávico (raíces, frutos y carroña). Si mejoramos un poco la alimentación, pensando en aquellos paleoatletas (que es lo que éramos todos hasta hace más de 10.000 años), casi todos cazadores y recolectores, y hacemos más actividad física, seguro que mejoraríamos nuestra calidad de vida. Yo quiero intentarlo, pero hay que reconocer que el hábito se adquiere a lo largo de años y se aprende, especialmente, cuando somos unos críos.
El libro se puede adquierir por internet, en la web de la editorial (
http://www.edicionesdesnivel.com/).