Las primeras noticias escritas conocidas acerca de las cuevas de Fuentes de León se refieren exclusivamente a la existencia de la Cueva del Agua, y datan de finales del S. XIX (Catálogo de cavernas y simas, de Puig y Larraz, 1896). No obstante, dentro del ámbito científico (arqueológico), el primer trabajo de importancia se remonta al año 1925, cuando se cita la Cueva del Agua en el Catálogo Monumental de España (Mélida, 1925). Durante algo más de 30 años, probablemente solo se efectúan visitas esporádicas y sin relevancia científica.
Las grutas de Fuentes han sido desde siempre conocidas por los vecinos de la zona y, debido a su cercanía con Andalucía, por espeleólogos, deportistas y científicos andaluces. Se trataba de incursiones de pequeña envergadura si las comparamos con las habitualmente realizadas por dichos equipos en otras áreas kársticas andaluzas. En la década de los 60 se reactivan las visitas a la zona, coincidiendo con las primeras exploraciones realizadas por grupos espeleológicos andaluces, sin que sus visitas fueran causa de deterioro en ningún sentido. El equipo pionero que exploró de forma continua y sistemática estas cuevas fue la Sociedad Espeleológica GEOS, de Sevilla, entre 1962 y 1976, aunque luego continuó su trabajo esporádicamente hasta 1992. Dicho colectivo (formado por Enrique Arias García, Reyes Martos Toro, Manuel Vázquez Talero, Fernando Gómez de León Contreras, Genaro Álvarez García, José Bernal García, Fernando Campos Barrera, Teresa Ibáñez y Mercedes Millán Verdú) fue el descubridor de la que hoy se llama “Cueva Masero o Bonita”, que ellos denominaron “Sima-Cueva Geos”, así como de la exploración completa del resto de las principales cuevas. Reconocieron en estas primeras y posteriores exploraciones e investigaciones la importancia de este grupo de pequeñas cavidades y localizaron puntos de interés geológico y arqueológico (primeros restos cerámicos detectados, que fueron donados a la Universidad de Sevilla). De aquellas fechas fueron las primeras topografías detalladas de las cuevas. Posteriormente, los estudios se ampliaron a aspectos biológicos (por ejemplo, presencia de ictiofauna en la Cueva del Agua) e hidrogeológicos. De aquella época se obtiene el primer catálogo de lugares de interés kárstico: Cueva del Agua, Cueva del Caballo, Cueva de los Postes, Sima-cueva Geos, Cueva de la Lamparilla, Sima “V” (posibles huellas de utilización minera), Sima de las Salamandras, Cueva de los Cochinos, pequeña cavidad cerca de la del Agua y diversos silos a lo largo y ancho de la zona (finca del Cale, por encima de la Cueva del Agua, etc.).
Posteriormente, se reactivaron las visitas a esta cavidad, dentro del ámbito educativo, que dio lugar a excursiones lúdico-deportivas, algunas de calado en la prensa regional allá por el periodo 1982-1983, en lo que se denominó vulgarmente “Operación Piraña”. Aquellas exploraciones corrieron a cargo de don José Luis Villares, maestro de Badajoz, quien llevaba de excursión a sus alumnos hasta los parajes del sur de la provincia (Fuentes de León, Valle de Santa Ana…), con el fin de introducirles en el fascinante mundo de la exploración subterránea. De aquel entonces son los pocos restos aparecidos en la Cueva del Agua, entregados al Museo Arqueológico de Badajoz.
La revitalización del estudio y conocimiento concreto de la Cueva del Agua se lleva a efecto gracias a los trabajos realizados una década después por personal de la Junta de Extremadura, apoyados por el Grupo Espeleología Técnicos Aparejadores de Madrid, habiéndose incluido los resultados de dichas exploraciones en el principal trabajo espeleológico regional publicado hasta la fecha, de Algaba, Collado y Fernández, en el año 2000.
Tras las primeras noticias aparecidas en los medios de comunicación hacia aquel mismo año, las grutas de Fuentes de León fueron ampliamente conocidas. Ello desencadenó una primera afluencia de visitantes, destacando los andaluces, dada su proximidad y cultura espeleológica. Luego vendría su declaración como espacio natural protegido y más...historias.
Mi agradecimiento a Genaro Álvarez y a S.E.GEOS por la cesión de las imágenes.
Nota: Este texto forma parte de una comunicación presentada al III Congreso de Cuevas Turísticas CUEVATUR 2010, que se celebra en Aracena.