lunes, 10 de noviembre de 2014
lunes, 27 de octubre de 2014
Grutas de Alvados y Grutas Santo António (díptico).
Se trata de un conjunto de dos grutas localizadas en Alvados, descubiertas a mediados del siglo pasado. Como ocurre casi siempre, el hallazgo fue casual en ambos casos. En Alvados, por la formación de una dolina o sima ("algar" en Portugal) y en Santo António por curiosidad al ver entrar un pájaro en una grieta.
La traducción al español que aparece en el díptico es bastante mala.
lunes, 13 de octubre de 2014
Centro de Interpretación de la Minería en Extremadura (tríptico).
lunes, 29 de septiembre de 2014
Las formaciones "panceta" en Shenandoah Caverns.
En una reiente visita al estado norteamericano de Virginia visitamos estas cuevas abiertas al público desde 1922. En ellas encontramos formaciones muy semejantes a las encontradas en algunas cuevas de Badajoz, como las estalactitas abanderoladas de la Cueva Masero, en Fuentes de León. En la cueva norteamericana estas formaciones reciben el apelativo de Bacon Formations (formaciones "panceta").
lunes, 1 de septiembre de 2014
"Cuevas no explotadas por el turismo", por Robledo y otros.
La Sociedad Española de Geomorfología fue la encargada de elaborar la ficha nº 8 de la publicación "Bases ecológicas preliminares para la conservación de los tipos de hábitat de interés comunitario en España", en concreto la denominada "Cuevas no explotadas por el turismo", que lleva el código 8310 de la Directiva 92/43/CEE (Directiva Hábitats). Este trabajo compendiado fue publicado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, en 2009. Sus autores fueron Robledo, Durán, Garay y Gracia.
Las cuevas no explotadas por el turismo constituyen uno de los hábitats que deben protegerse, de acuerdo a los criterios políticos medioambientales europeos. Se trata de hábitats generalmente escasos en España, distribuidos heterogéneamente por el territorio (ver figura 1.2) debido a los diferentes sustratos geológicos que afloran en España.
Se excluyen los hábitats no explotados turísticamente, al considerar que mantienen cierta calidad, con sus características prácticamente originales. No obstante, muchos hábitats subterráneos de este tipo, considerados naturales en un sentido amplio, no lo son, pues el ser humano los ha utilizado de diferente modo. Ello no quiere decir que en la actualidad se encuentren en un estado naturalizado que permita encontrar en ellos especies endémicas y condiciones adecuadas para la conservación de la fauna y la flora (ver anexo I).
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